Mezcla de estiércol de oveja.
Leonardita.
Húmus de lombriz.
Roca Cálcica.
Proceso de estabilización y cribado de más de 18 meses lo cual nos permite plantar sobre él favoreciendo rápidamente el enraizamiento y garantizando la ausencia de pesticidas persistentes y metales pesados en sus cultivos.
Con los rigurosos estándares de calidad llevados a cabo hace que el producto presente unos valores agronómicos óptimos para cualquier tipo de cultivo.
35% Materia orgánica total
20% Carbono orgánico
1,4% (N) Total
1,0% Fósforo (P205) total
1,3% Potasio (K20) total
1,0% Ácidos húmicos
C/N < 20
Humedad máxima < 40%
Humedad mínima < 20%
P.H. 7,9
Conductividad eléctrica 95 dS/m
Granulometría > 90% pasa por malla de 10mm
Certificado ecológico y ficha técnica del producto.
Multirresiduos completo.
Físico-químico con metales pesados.
Microbilógico (Ecoli, salmonella y listeria)
Análisis de bacteria clavibacter
Michiganensis.
Análisis de la procedencia del nitrógeno (Isótopo N15)
Normativa Global Gap y Planet Proof.
Modelo A1 y A5 de la normativa UNE 142500.
Fuente de materia orgánica, microorganismos y flora microbiana beneficiosa mejorando la estructura físico-química del suelo, evitando y combatiendo la clorosis y desbloqueando las sustancias nutritivas del suelo, conteniendo una alta carga bacteriana.
Mejora la estructura del suelo aumentando la capacidad para retener nutrientes y aireando las condiciones del mismo, debido a su alta capacidad de retención del agua.
Se utiliza como alternativa de la fibra de coco, aportando un alto valor agronómico al no ser una materia inerte.
Corrige la mineralización y salinización del suelo, especialmente con riegos salinos, ya que por su bajo valor por debajo de 1 ms/m garantiza la higienización del suelo.
Funciona como fertilizante de liberación lenta, dosificando su nitrógeno inherente durante varios meses sin producir daños a las raíces y brotes tiernos, siendo utilizado para abonados de fondo como aportes de materia orgánica en los cambios de cultivo.
Gran capacidad de absorción de fosfatos y potasa, regulando el pH del suelo y aumentando la capacidad del intercambio catiónico, moderando las variaciones de la temperatura del suelo.
Incrementa la producción mejorando el cuajado, así como el calibre, color y azúcares de los frutos.